Parece paradójico, pero Netflix está trabajando en la posibilidad de no mostrarnos los videos, solo escucharlos. Es decir, en la aplicación para dispositivos Android, pronto llegaría la opción de permitir solo el audio de los contenidos en segundo plano. El descubrimiento lo hacen compañeros de XDA Developers, quienes en el código de la versión 7.79.1.
Han encontrado referencias explícitas a un modo que permite escuchar tus series favoritas, como si fueran podcasts.
– Guarde sus datos apagando el video y escuchando sus programas favoritos.
– Nuevo
El video está apagado, pero puede seguir escuchando su programa mientras está ocupado haciendo otras cosas.
Razones por las que podría Netflix tomar esta decisión
Netflix menciona la posibilidad de consumir menos datos móviles, un escenario que podría ser interesante cuando está fuera de casa y no hay una red Wi-Fi cerca, y tal vez la señal de la red también es débil y el video tendría dificultades ser transmitido de manera fluida (piense, por ejemplo, en un viaje en tren y la interrupción en los túneles).
La otra razón se refiere a la posibilidad de hacer otra cosa, sin interrumpir la reproducción, sino dejándola continuar en segundo plano. En cualquier caso, la fuerte distinción radica en el tipo de contenido, los documentales, por ejemplo, se prestan mejor al uso al estilo podcast.
Evidentemente, también hay que tener en cuenta la hipótesis en la que al final no se implementa la función, y fin de la historia. En general, sin embargo, el hecho de que Netflix esté trabajando en esta función nos dice algo sobre las series y la relación que tenemos con ellas (y lo sabré yo con Shadowhunters, por ejemplo).
Esto parece ser una respuesta al «binge-watching», que es el visionado ininterrumpido de un episodio tras otro, un maratón de series, vamos, es una práctica que por su naturaleza permite distracciones, y cuanto más nos guste la serie, más tiempo nos distraemos de nuestras actividades diarias.
Por otro lado, las series en sí se construyen teniendo en cuenta la necesidad de extender el arco narrativo tanto como sea posible, e incluso hasta agotarlo, lo que coloquialmente se dice como «estirar el chicle», ralentizando el ritmo, los episodios a menudo se llenan de huecos para asegurar que se pueda posponer el final tanto como se pueda.