Cómo saber si es momento de cambiar de teléfono

Cómo saber si es momento de cambiar de teléfono

Los smartphones son sin duda los conductores diarios de nuestras vidas con la capacidad de hacer básicamente cualquier actividad o recado que se te ocurra. Por esta razón, descubrir cómo saber si es momento de cambiar de teléfono es algo por lo que tendrás que pasar tarde o temprano.

¿Cómo puedes saber que ha llegado el momento de actualizar tu teléfono? Vamos a ver algunas señales a las que debes prestar atención para saber que es el momento adecuado para invertir en un nuevo equipo.

Cómo saber si es momento de cambiar de teléfono

Descubre cómo saber si es momento de cambiar de teléfono tomando en cuenta lo siguiente:

La batería se agota demasiado rápido

Uno de los elementos que más rápido se degradan de los smartphones modernos es la batería. Si tu teléfono tiene menos de dos años y la batería se agota demasiado rápido, no tienes por qué comprarte uno nuevo. Será mejor que busques una batería de repuesto.

Pero cuanto más viejo es el dispositivo, más empiezan a fallar otros componentes. Así que si tu teléfono tiene tres años o más, es el momento de comprar uno nuevo.

El teléfono se vuelve demasiado lento

A medida que el teléfono envejece, se vuelve más lento debido a que las aplicaciones se actualizan y los componentes de hardware se desgastan. Es posible que la pantalla se bloquee de vez en cuando o que las aplicaciones tarden demasiado en iniciarse y tarden más de lo normal en realizar funciones básicas.

Si juegas mucho con el móvil, notarás que el rendimiento del juego disminuye ligeramente con cada actualización importante de tu juego favorito. En la mayoría de los casos, los casos de sobrecalentamiento mientras juegas serán más frecuentes señalando un procesador con problemas.

Un teléfono lento puede ser frustrante y dificultar tu productividad. En este caso, deberías empezar a presupuestar un dispositivo nuevo y actualizado.

Signos físicos de desgaste

Si tu teléfono parece viejo, le faltan piezas y tiene grietas importantes en la pantalla, siempre puedes repararlo y dejarlo como nuevo. Sin embargo, si estos daños están presentes junto con cualquier problema importante de rendimiento o se cuelga constantemente, tienes que conseguir un nuevo dispositivo.

Eso sí, asegúrate de que llevar tu teléfono a un taller de reparación tiene sentido desde el punto de vista económico. Si el coste de la reparación perjudica a tus bolsillos, será mejor que te hagas con un teléfono nuevo.

Las últimas aplicaciones no funcionan

Las aplicaciones de los teléfonos se actualizan regularmente para mejorar su rendimiento y funcionamiento. Pero a medida que se introducen más funciones y mejoras, las aplicaciones pueden requerir más recursos. Cuanto más antiguo sea un dispositivo, menos recursos tendrá disponibles para ejecutar las aplicaciones actualizadas.

Además, cuando los desarrolladores lanzan nuevas aplicaciones, es menos probable que tengan en cuenta los dispositivos más antiguos y se centren en los más recientes. Si posees un dispositivo antiguo, puedes acabar perdiéndote la utilización de apps recién lanzadas que hubieras querido utilizar.

Tu dispositivo ya no recibe actualizaciones de software

Con los fabricantes de teléfonos tratando de maximizar los beneficios de los ángulos, serías afortunado si tuvieras tres años de actualizaciones de software. Este período es aún más corto si tienes un teléfono que no es buque insignia. Los iPhones tienden a recibir actualizaciones durante un poco más de tiempo que sus homólogos de Android.

Si dejas de recibir actualizaciones, puede que sea el momento de hacer un cambio. Utilizar un dispositivo con aplicaciones obsoletas puede exponerte a riesgos de seguridad o incluso bloquearte el acceso a determinadas aplicaciones que necesitan el último sistema operativo para funcionar.

La calidad de la cámara es mala

A medida que el teléfono envejece, la calidad de la cámara disminuye debido a daños físicos. En algunos casos, puede deberse a errores de software que no se resuelven si el fabricante del dispositivo deja de enviar actualizaciones al teléfono.

Si utilizas la cámara todo el tiempo para hacer fotos o grabar vídeos, una disminución del rendimiento y la interrupción de las actualizaciones de software es la señal que necesitas para hacerte con un nuevo dispositivo. Lo bueno es que la calidad de la cámara ha experimentado mejoras significativas incluso en los teléfonos de gama media. No tendrás que dejarte un agujero en el bolsillo para hacerte con un nuevo dispositivo.

Caídas frecuentes de las aplicaciones

Los teléfonos más antiguos son propensos a sufrir cuelgues de apps, ya que éstas se actualizan con regularidad. Esto sucede porque las aplicaciones se vuelven gradualmente incompatibles con el hardware antiguo. Si notas que tus apps se cuelgan con demasiada frecuencia como para ser reutilizables, puede que sea el momento perfecto para jubilar tu dispositivo actual.

Quemaduras en la pantalla del teléfono

Las pantallas OLED y AMOLED ofrecen ventajas en cuanto a ahorro de energía y calidad de imagen. Pero se quedan cortas cuando se trata de longevidad. Si has utilizado un dispositivo con esta tecnología durante más de un año, es posible que empieces a notar sombras del teclado o de la interfaz de las aplicaciones que utilizas con frecuencia grabadas en la pantalla.

Esto empeora con el tiempo, especialmente si la pantalla está siempre encendida durante periodos prolongados. Por desgracia, este tipo de daño no tiene arreglo. Tu teléfono seguirá siendo utilizable, pero si te molesta, es posible que desees obtener un nuevo dispositivo.

La capacidad de almacenamiento actual no es suficiente para ti

Si tienes proyectos que requieren mucho almacenamiento, como la fotografía y la videografía, puede que tu dispositivo se quede sin espacio rápidamente. Siempre puedes llevar contigo almacenamiento externo, pero en algunos casos, esto puede no ser práctico.

Un dispositivo de 64 GB no puede soportar largas sesiones de grabación de vídeo. Recuerda que tus vídeos e imágenes tendrán que compartir este espacio con tus aplicaciones y otros archivos. En este caso, deberías plantearte invertir en un dispositivo con al menos 256 GB de almacenamiento.

También puedes conseguir una tarjeta SD para aumentar el almacenamiento, pero la mayoría de los teléfonos modernos no vienen con ranura para tarjetas.

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